LA MUJER EN LA MADUREZ

La mujer madura tiene muchos retos que afrontar. En nuestra cultura ser guapa y deseable, tener una pareja, tener un trabajo, tener hijos y aparte de todo ello ser heterosexual, sacrificada y entregada a los demás, son cualidades que se esperan de una mujer madura. 

Este tipo de estereotipos crean en toda mujer madura que no cumpla con estos requisitos una visión de si misma devaluada, negativa y de sentimiento de exclusión del mundo social y de sus reglas o juegos para tener éxito y ser apreciada por los demás.

Es difícil pues, partiendo de la sociedad en la que estamos, que las mujeres maduras que no cumplan con este perfil, se den valor, se defiendan y puedan sentirse felices y satisfechas, pero no es imposible.

Para poderse librar en la madurez de este tipo de exigencias, hay que poder cuestionarlas y alejarse un poco del ideal de perfección que suele exigirsele a la mujer sólo por el hecho de haber nacido mujer. También hay que ser capaz de construirse desde la individualidad y  no generalizar, pues no es más mujer la que ha mantenido una pareja, la que ha tenido más hijos o la que ha conseguido montar una empresa, sino que mujeres somos todas, pero todas diferentes. Potenciar en cada mujer un sentimiento de valía desde la individualidad es una tarea importante en psicoterapia que se puede conseguir en cualquier edad, porque siempre se está tiempo para aprender.

Las mujeres en la madurez seguimos integrando experiencias y teniendo ilusiones, futuro, sueños y deseos que cumplir.

Si es cierto, que cada mujer ha de saber de dónde viene y hacía donde quiere ir. Es decir, no es realista pensar que en la madurez todo lo que nos aguarde la vida ha de ser maravilloso, estupendo, cómodo y divertido. La realidad es que la vida tiene sus insatisfacciones, sus errores, sus desengaños, sus frustraciones, sus duelos,  pero que podemos también tolerarlo pq llegar a la madurez implica haber integrado muchas experiencias y aprendizajes, algo hemos hecho bien si hemos llegado hasta aquí, aunque sea con heridas y con cicatrices.

Fomentar en la madurez una buena calidad de vida (cuidar de nuestra alimentación, nuestro ejercicio físico, nuestras relaciones, nuestras inquietudes intelectuales), además de saber hacernos cargo de nuestras necesidades (emocionales) y tener una actitud curiosa, abriéndose a la experiencia y arriesgando sin miedo a perder, son algunos ingredientes para seguir disfrutando de la vida con pasión!!

Cuadro de Lita Cabellut.

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