Ajeno
 
Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe.
Y él oye ese tañido
corto y curo del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad
. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

 Claudio Rodríguez.

 

Comentarios

  1. LLEGARAN DÍAS MUY LARGOS
    Acabó la primavera
    cielo que no mancha
    silencio que se tensa
    espejo de murmullos.
    Allí, en el límite,
    nos conocimos.
    Tiempo de luz
    que no termina
    como tampoco
    la primavera
    para nosotros.
    Vicente Ponce, Instrucciones para mirar el Silencio, (1999).

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