CHARLIE FOSTER KANE: DEL SUFRIMIENTO, A LA AUTOSUFICIENCIA

            El personaje de Charlie Kane está basado en la vida real del periodista, magnate y empresario, William Randolph Hearst, (1863, San Francisco - 1951, Beverly Hills), quien trato de evitar el estreno de la película, sin éxito y una vez fracasados muchos de sus negocios empresariales, debido a la gran depresión americana. William además, será el impulsor de la prensa sensacionalista y la manipulación social y política a través de diversas técnicas amarillistas, escándalos y apoyos interesados para aumentar el poder propio.
Charlie Foster Kane, (Ciudadano Kane, Orson Welles, 1941), es separado de sus padres de niño porque su madre hereda una  mina de oro de un antiguo cliente de su pensión, que le paga así lo que le debe, pensando que la mina no tiene valor. Cuando en el banco se enteran de que la mina es valiosa, le dicen a los padres de Kane, que se llevan al niño para educarlo, hasta que a los 25 años pueda hacer uso de su fortuna. La madre del niño, Mary Kane, no duda en darles el niño, pensando en su futuro, el padre en cambio, Jim Foster,  no quiere entregárselo, pero será un cero a la izquierda. La que manda en casa es la madre, el padre queda anulado y el niño entregado al banco para ser un hombre de éxito.
Cuando a los 25 años Charlie Kane hereda su dinero, una vez acabados sus estudios universitarios, su ambición es tener un periódico propio, para ayudar a la clase obrera y decir la verdad sobre los dirigentes políticos, de cara a defender los derechos de los más oprimidos. Él y su amigo el crítico de arte,  J.Leland, se embarcan en la dirección del New York Inquirer con esta finalidad. Es en este momento cuando Charlie Kane realiza su declaración de principios: honestidad profesional e información en beneficio de la defensa de los derechos de los ciudadanos, probablemente como venganza de lo que le ofrece su tutor legal el señor Thatcher, dueño del banco, al que aborrece y trata de contradecir en todo lo posible. Defiende de dónde viene (la pobreza de Colorado), contra el que se lo ha dado todo (el banco).
Charlie se casa con la hija del presidente, tiene un hijo, aumenta su poder comprando más y más periódicos y otros medios de comunicación, y empieza a acumular bienes y propiedades de forma compulsiva y desordenada.
 Intenta llegar también él a ser presidente, inicia una campaña política y de este modo su vida empieza a ser una lucha por el poder, a través de la manipulación y la utilización del otro en el propio beneficio.
Sin embargo, este modo de actuar, basado más en controlar, que en poder ver las necesidades propias y las necesidades del otro, lleva a que las personas de su entorno, cada vez se sientan menos tenidas en cuenta, abandonadas, utilizadas y encuadradas allá donde Charlie puede tolerar ubicarlas, en un lugar que no sea peligroso emocionalmente para él, un lugar establecido de antemano para que no puedan marcharse, no puedan manifestarse, no puedan pedir y sólo estén como una posesión más, con derecho sólo a pertenecer a Kane, sin derecho a manifestarse como seres distintos y con necesidades propias.
Es en este estado de vacío emocional, teniéndolo todo en apariencia, como Kane conoce a su amante Susan Alexander, una vendedora de parpituras cuya madre siempre quiso que fuera cantante de ópera. La conexión entre ellos, establecida desde el vacío mutuo de lo que sus padres quisieron que fueran y no desde el reconocimiento de lo que son, les lleva a adentrarse en una relación dónde kane otra vez se empeñara en que Susan llegue a ser lo que él necesita que sea, sin ver su necesidad real. 
El escándalo de su romance, llegará a los medios de comunicación, haciendo fracasar sus intentos de llegar a presidente y también su matrimonio. Cuando la mujer de Kane le pide volver a casa, para reestablecer su vida política, pública y familiar desde el perdón, Kane no puede soportar la demanda que ello implica y pese a todos los inconvenientes que plantea su nueva relación, abandona a su mujer, sólo para conseguirle demostrar que no la necesita, que es libre, que es ella la que decide dejarle solo para no sufrir.
Con Susan, sus intentos de hacer de ella lo que él desea que llegue a ser, la llevarán al aislamiento con él en el palacio de Xanadu, lleno de esculturas, muebles, lujos. Ella llegará al agotamiento físico y emocional, intentando cantar lo que no puede alcanzar jamás. Ella sometida a los deseos de él y como un objeto más de su palacio, no puede más y le abandona, tras intentos de suicidio y la construcción de varios puzles desde su aburrimiento y desolación.
Es allí solo en Xanadu, tras una reja cuyo cartel indica “No Trespassing” donde Kane permanecerá hasta el final de sus días, en su cárcel autoconstruida desde la autosuficiencia y el miedo al otro y a sí mismo,  y dónde morirá manifestando su último deseo de amor, dependencia, cariño, entrega que sólo consiguió tener en la infancia, su “Rosebud”, nombre de su trineo infantil que le fue arrebatado en favor del sueño de construirse en objeto en lugar de en persona, con necesidades, carencias y limitaciones.

ALGUNAS INTERPRETACIONES DESDE EL PSICOANÁLISIS:
En resumidas cuentas lo que se juega en la película es la experiencia tramática de la separación de las figuras de apego primario, los padres, en pro del bienestar material e intelectual de un niño.
La decisión fría y calculadora, de una madre que prima el éxito futuro a nivel social y cultural de su hijo, frente al bienestar emocional y personal, anulando al padre y a la propia voluntad y deseo del hijo.
La madre distante y poderosa a la vez, se convierte entonces en la herencia inconsciente de un niño que se moverá ya siempre para complacer el deseo materno de un hijo exitoso, poderoso, rico y completo, un hijo idealizado y sin necesidades, ni carencias emocionales, autosuficiente y triunfador.
Para preservar esta imagen idealizada de si mismo y este deseo materno, Kane preservará la ilusión de poder y consistencia con la distancia de los demás, el control y la ocultación, anulación, negación, aislamiento de sus necesidades afectivas y sus limitaciones humanas. Incluso negará el vínculo con su tutor legal Tatcher, rebelándose contra sus valores mercantilistas, no querrá depender ya de nadie, ni que nadie le exija o pida nada que le comprometa.
Kane tejerá la experiencia traumática de abandono, vacío, anulación paterna y mandato con la herencia materna a través de diferentes mecanismos de defensa, cuyo hilo conductor es el deseo frustrado de ser querido y poder querer a los demás, sin fachadas, sino desde la autenticidad, tales como:
1º-Intentar llenar el vacío llenándolo de objetos de amor infinitamente buenos, a través de la técnica de la restauración, restaurar el ideal: colaboradores del periódico a quienes idealiza, encumbra y da lugar; mujeres a las que trata de ayudar a alcanzar el ideal propio; la sociedad y los trabajadores como personas idealizadas en un mundo malvado que trata de destruirles. El lema de este mecanismo defensivo sería: “Tú eres, lo que yo quiero que tú seas”. "No puedes decepcionarme".
- Intentar acumular o llenar su vida de  objetos, la estrategia del coleccionista que trata de alcanzar el poder a través de la posesión de los demás o de los objetos que le dan valor, estatus, poder, sensación de control y de fuerza, identidad propia. El lema sería: “Yo soy ,lo que tengo”.  "Tú eres de mi propiedad, me lo debes".
3º- La compulsión inconsciente de repetir, cual pesadilla recurrente, el trauma del abandono y su necesidad constantemente frustrada de ser querido. Se repiten los abandonos de las personas de su entorno, que tras ser seducidas por la fachada enérgica/vital/carismática de Kane, luego no logran intimar con él y lo abandonan ante la insatisfacción de no ser atendidos, ni vistos en su propia identidad. El lema sería: “Contigo, conseguiré sanar mi pasado”. "Si tú me amas, te daré todo", promesa y condición de amor incondicional, repetición del pasado que conduce al mismo final.
En conclusión, los vínculos afectivos y primeras relaciones de apego tejerán en nosotros una impronta, una visión de la vida, de nosotros mismos y de los demás, que en ocasiones puede ser atormentadora y frustrante, pues frecuentemente para sobrevivir nos servimos de máscaras, juegos inconscientes de manipulación, control y aislamiento, en una sociedad individualista y capitalista, que parece proporcionar bienestar a quien sabe ocultar la debilidad y la necesidad de contacto humano real.
Desde el psicoanálisis el tratamiento de la historia de vida de las personas, analizando su biografía y experiencias, nos permiten construir y comprender, para poder afrontar la vida y a nosotros mismos de una forma más saludable, desde una ética autógena, que nos permita vivir en libertad y acorde a nuestras verdaderas necesidades, deseos y capacidades.
Gracias a Orson Welles en el centenario de su nacimiento por hablarnos tan claramente de la condición humana a través de un film mítico ya en la historia del cine, del que siempre aprendemos algo nuevo. 
María Teresa Miralles Díaz. 2015.

 Bibliografía:
A propósito de Ciudadano Kane. Basilio Casanova.
"El ciudadano": avatares de una herencia. Luis Camargo.
El ciudadano kane: reflexiones desde una perspectiva psicosocial. Carlos Arrieta Salas (2014).

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