¿A QUÉ SE DEBEN LAS RUPTURAS EN LA ALIANZA TERAPÉUTICA?
Analizar terapeuta y paciente la dimensión de las rupturas de alianza terapéutica en forma de abandonos terapéuticos, quejas, silencios, confrontaciones diversas, proporcionará a ambos un mutuo conocimiento que ayudará a paciente y terapeuta.
Estas rupturas de alianza, según el libro de Safran y Muran (2005), "La alianza terapéutica", pueden deberse a necesidades de agencia del cliente (de autodefinirse, individuarse, que darán lugar a rupturas por confrontación en forma de quejas y agresiones diversas tanto al tratamiento como al terapeuta, que esconden sentimientos de vulnerabilidad y necesidades propias que son difíciles de expresar de otro modo), en conflicto con necesidades de afiliación (amor, amistad, que darán lugar a rupturas por distanciamiento donde se esconde la necesidad de autoafirmación y validación clara de necesidades y deseos propios ya que el proceso de individuación puede ser productor de culpabilidad y estar cargado de tensión porque amenaza la filiación con el terapeuta y con otras figuras del entorno).
La solución conlleva un proceso madurativo que surge a partir de la negociación entre las necesidades de uno mismo y del otro, validando las propias necesidades aunque no siempre sean satisfechas. Analizar los motivos que se esconden tras resistencias, quejas, silencios, falta de cumplimiento de tareas o de objetivos, así como críticas al terapeuta o al trabajo realizado, nos ayudará a entender lo que nuestro cliente necesita, así como a que nuestro cliente aprenda a decirlo de otro modo más claro y coherente consigo mismo, lo que facilitará en el futuro su expresión emocional desde su individualidad y su relación con el otro.
Estas rupturas de alianza, según el libro de Safran y Muran (2005), "La alianza terapéutica", pueden deberse a necesidades de agencia del cliente (de autodefinirse, individuarse, que darán lugar a rupturas por confrontación en forma de quejas y agresiones diversas tanto al tratamiento como al terapeuta, que esconden sentimientos de vulnerabilidad y necesidades propias que son difíciles de expresar de otro modo), en conflicto con necesidades de afiliación (amor, amistad, que darán lugar a rupturas por distanciamiento donde se esconde la necesidad de autoafirmación y validación clara de necesidades y deseos propios ya que el proceso de individuación puede ser productor de culpabilidad y estar cargado de tensión porque amenaza la filiación con el terapeuta y con otras figuras del entorno).
La solución conlleva un proceso madurativo que surge a partir de la negociación entre las necesidades de uno mismo y del otro, validando las propias necesidades aunque no siempre sean satisfechas. Analizar los motivos que se esconden tras resistencias, quejas, silencios, falta de cumplimiento de tareas o de objetivos, así como críticas al terapeuta o al trabajo realizado, nos ayudará a entender lo que nuestro cliente necesita, así como a que nuestro cliente aprenda a decirlo de otro modo más claro y coherente consigo mismo, lo que facilitará en el futuro su expresión emocional desde su individualidad y su relación con el otro.
La ciudad de los cajones. Dalí, (1936)
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